Avanzamos poco a poco con la UD.
Esta semana he propuesto una serie ejercicios a los alumnos con el fin de trabajar diversas destrezas: actividades gramaticales, de expresión oral y de expresión escrita. También, he pedido que realicen una redacción que deberán entregarme el miércoles que viene y que consistirá en escribir lo que hicieron el día anterior o las vacaciones pasadas, para lo que deberán emplear diversos verbos en P. Composé.
Durante las sesiones he comprobado que es necesario plantear diferentes actividades dentro de una misma sesión ya que dedicar demasiado tiempo a un ejercicio solo contribuye a perder la atención de los alumnos.
La semana se ha desarrollado con normalidad, aunque, como ya he dicho, avanzamos lentamente. A pesar de las repetidas explicaciones y de los ejercicios realizados, los alumnos no terminan de asimilar del todo los conocimientos lo que obliga a tirar de recursos para seguir trabajando de forma dinámica y amenizar un poco las tan fatigantes clases de la una de la tarde...
Por otro lado, he asistido a mi primer claustro y a las sesiones de evaluación de 2º de Bachillerato. El primero, se trataba de un claustro extraordinario en el que se debatió y aprobó la introducción de nuevas clases de apoyo por la tarde. Las segundas se desarrollaron justo después: los profesores comentaban, alumno por alumno, las calificaciones y el comportamiento de cada uno de ellos así como las situaciones personales que pudieran influir en su rendimiento. ¿Qué conclusión obtengo de estas evaluaciones? Simple: demasiados alumnos perdidos...
Como os comentaba la semana pasada, me decanté por elaborar mi UD para 3º de la ESO. Sin embargo, antes de llevarla a la práctica, decidí dedicar una primera sesión para la toma de contacto. Con ella pretendía ganarme la confianza de los alumnos y evitar que se sintieran cohibidos al dirigirse a mí. Para conseguirlo, preparé una presentación "de motivación" que defendí con entusiasmo y una pizca de humor, lo que dio lugar a un ambiente bastante distendido. En ella explicaba las razones por las cuales merecía la pena estudiar francés y todo lo que podían hacer siendo capaces de expresarse en esa lengua: traducir literatura, cine, videojuegos, trabajar en Disney, ser intérprete... También hablaba sobre la admiración y la satisfacción personal que supone hablar una lengua extranjera y, al parecer, ¡les gustó bastante! Los alumnos se mostraron muy interesados y me planteaban muchas preguntas, hasta el punto de que tuve que dedicar una segunda sesión para hablar más en profundidad sobre el mundo de la traducción. ¿No os parece genial? Sin duda esto ha hecho que continúe mi aventura con mucha ilusión. .jpg)
Empiezo a familiarizarme con el funcionamiento del centro: sistema de guardias, partes de comportamiento leves, expedientes de disciplina, justificación de las faltas, etc. 